En esos días a grandes y pequeños, nos asaltan los miedos y las preocupaciones. Nuestras sombras se pegan a nuestros talones acompasando sus pasos a los nuestro y haciéndose cada vez más grandes.
Es posible que la ansiedad y el nerviosismo se hagan más presentes y que las noches en blanco se empiecen a suceder en un devenir cotidiano y frenético.
¿Qué hacer con todos esos sentimientos que nos dejan intranquilos? ¿Cómo enfrentarse a los fantasmas que nos asedían en forma de malas noticias o premoniciones subjetivas pero siempre catastróficas?
No hay recetas, ni vacunas, ni medicinas que puedan erradicar del todo esos miedos que se han convertido en compañeros de camino, pero si podemos generar anticuerpos con los que enfrentarnos a la terrible pandemia de la falta de confianza y fe en la vida.
Ahí van algunas píldoras de fe:
- Los cuentos y relatos son grandes aliados. Podemos leer nuestra historia en las vidas de personajes inventados pero tan reales como nuestra propia vida.
- La música nos ayuda a transitar por nuestros sentimentos, a dejarlos ser y a dejarlos marchar. En cada nota un suspiro, un anhelo, una ilusión, una despedida, un reencuentro, un fracaso, una esperanza....¿Quién da más?
- Cuando estés aquí. Pablo Alborán.
- Aves enjauladas. Rozalén.
- Resistiré.
- Con tu aire en mis adentros.
- Barrer a casa. Álvaro Soler y Sofía Ellar
- Por ellos. Melendi.
- Prisión esperanza. Manuel Carrasco.
- Soñar es de valientes. Rosana.
- Los huesos. Dani Martín y Juanes.
- A un par de metros de ti. Funambulista.
- El mundo fuera. Alejandro Sanz.
- Un mismo corazón. Marta Sánchez.
- Un haz de luz. Rayden.
- Las películas nos trasladan a lugares y espacios donde es posible la magia. Todo se reinventa, todo es posible, todo ocurre o no ocurre, todo pasa y queda...
- Los diarios, esos que escribíamos de pequeños y animamos a nuestros hijos a escribir. Esas hojas de colorines perfumadas o esos cuadernos de cuero con hojas amarillas y asperas testigos nuestros mejores y difíciles momentos.
- Los mandalas, grandes desconocidos en nuestra cultura de la prisa y lo urgente. La quietud y la calma, la expresión más profunda y la conexión con uno mismo a golpe de pincelada e imaginación.
¡Un abrazo!
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